El mito de los gigantes es particularmente antiguo. Presente en la mayoría de las religiones de la antigüedad no llegó a desvanecerse hasta el siglo XIX. Los gigantes son también un elemento festivo muy viejo. Las figuras que hoy conocemos están asociadas a la festividad del Corpus Christi, para la que nacen y de cuya procesión pasan a ser un componente imprescindible. En España su presencia está documentada desde fines de la Edad Media, aunque no llegó a generalizarse hasta avanzado el siglo XVI. En su difusión jugaron un papel destacado los modelos festivos del Corpus madrileño y toledano. El significado de estas monumentales y grotescas figuras ha sido, según las épocas, cambiante, y así se les ha asociado a la herejía, al orgullo, al poder, al pecado… en definitiva al mal que huye ante la presencia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía al que se humilla y rinde pleitesía. Su tipología, común en la mayor parte de las ciudades españolas, incluye reyes, razas, pueblos o nacione...