GEGANTS D'ONTINYENT

La más antigua data que tenemos constancia en Ontinyent es la de 1743 en que se nombró a una persona eclesiástica 'maestro de rocas'. Su función era la de curar y disponer los diferentes participantes en la fiesta del Corpus: 'para disponente y cuydar el que se acostumbrar Asser en la fiesta del Corpus, como son Mumo, Gigantes, enanos y comedias y mañana que se necesite para el lucimiento de la festividad ... ' Desde entonces los encontraremos abriendo la comitiva de las procesiones conmemorativas cívico-religiosas o de la Purísima. Gigantes y cabezudos han aparecido y desaparecido de los programas de fiestas víctimas de las más variadas vicisitudes históricas. • 1855 unos jóvenes subieron los cuatro gigantes alto del Campanario de la Villa para sorpresa de los feligreses que en la misa de descubrimiento de las fiestas de la Purísima los contemplaron. • 1931, con la proclamación de la República, desfenestrar desde el balcón del Ayuntamiento el rey de los cabets como una muestra de sustitución y destrucción de todo lo que tuviera que ver con la realeza. En 1946 es la bendición de unos nuevos gigantes construidos por Carlos Tormo, 'Carlets' y de unos nuevos cabets, construidos por Manuel Martínez Oviedo, 'el niñera', en mimbre y madera de haya al estilo de la posguerra. Y se tuvieron que hacer para complacer la voz popular que pedía la restitución. Muy a menudo se llamaban 'Isabel y Fernando' y el pueblo los moteado con el rey y la reina o el Agüelo y el Aguéli (rey moro y reina mora). Bailaban al ritmo marcado por los tambores que hacía sonar la dinastía de los 'culito' sobre el tema de 'El baile de Torrent'. La gente, mientras tanto, cantaba 'tirar pan y olivitas. Arrimarse sillitas '. El tiempo, por una parte, acortó el extenso itinerario reduciéndolo únicamente en la Calle Mayor y, por otra parte, afectó en su conservación. Las figuras sufrieron muchos traslados, produciéndose daños que nadie reparaba, hasta llegar a un estado de practica irrecuperable.
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